domingo, 13 de diciembre de 2009

UNA LECTURA A FIC Y LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS DE JORGE TUME

Escribe: Lali García
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Creo que la primera noticia sobre un libro la hemos tenido gracias a las fábulas o a esos compendios de historias mitológicas que nuestros papás nos leían cuando éramos pequeños; aquellas historias donde los animales y las plantas conspiraban entre ellos y al final, siempre una moraleja nos trasmitía ese mensaje que debíamos aprender de memoria, y era curioso porque creíamos que de verdad el mundo se regía por la presencia de dioses que se enamoraban de mortales y que cada fuerza de la naturaleza tenía su propia esencia mística. Con el transcurrir de los años fuimos olvidando poco a poco estas historias y las labores cotidianas confabularon para que día a día nos alejemos de los libros, por supuesto eso es algo que aún esas labores no han conseguido, y qué bueno que aún ahora podamos encontrar en algunos libros la magia de esas fábulas que nos leían cuando éramos niños.
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Ingresar a FIC Y LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS, la novela de Jorge Tume ha sido un viaje al que invito a todos quienes tengan la oportunidad de tener el libro entre sus manos.
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FIC tiene el toque de magia de los libros a los que me referí al principio, Tume nos coloca frente a una inquietante fábula donde los animales se humanizan para, a través de ellos, entregarnos una lección de orden y de historia a lo largo de toda la trama. Lo curioso es que como sucede con las obras clásicas escritas para niños, la novela empieza con un acto de desobediencia del personaje principal: aquí FIC, el pequeño zorrito, como ocurre con Blancanieves, Pinocho o Pulgarcito, también desobedece y sale en busca de su propia aventura; y es gracias a eso que nos enteramos de un sinnúmero de mitos y leyendas de las costas del Pacífico con las que Jorge Tume hace de su obra un documento que alecciona desde cualquier interpretación valorativa, crítica o literaria.
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Y hay un elemento vital que le da consistencia a esta novela: los niños, los niños y su rebelión contra los adultos por liberar al personaje de la trampa en la que cae. En esos capítulos Tume le devuelve a los seres humanos la inocencia y los hace partícipes de un amotinamiento por la solidaridad y la libertad que pone en evidencia el sentido social que debe tener la literatura.
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Jorge Tume ha construido con Fic, una fábula que nos retorna no al niño sino a los niños que llevamos dentro, desde donde los límites no existen y lo ingenuo se torna esa fortaleza que nos permite mirar sin sobresaltos este mundo que los adultos no aprendemos aún a proteger, y esto es algo que hace que su lectura sea imprescindible, cuando estén embarcados con la historia se darán cuenta sobre lo importante de nuestras tradiciones orales, sobre lo valioso de salir a la calle sin el límite de llamarle a los árboles: árboles, sino Mateo, o Alana; o a los animalitos con quienes nos cruzamos a diario. Quizá y ellos sí entendieron su rol sobre el planeta.
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Estoy segura que disfrutarán con las aventura de este zorrito, felicito a su autor por entregarnos este hermoso relato, quienes no hemos olvidado algunas de las actitudes de cuando éramos niños, te agradecemos por dedicar tu tiempo a la construcción de esta fábula que ha hecho que recuerde aquellos años cuando creía que cada elemento de la naturaleza tenía sus propios dioses.
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La aventura empieza en la primera página: atrévanse a cruzarla.

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