sábado, 26 de junio de 2010

BORNEO de OLIVERIO COELHO (Argentina)

El lenguaje como excusa para organizar una estructura que nos represente, o que no nos represente, la palabra como un eje funcional para aletargar el vacío o para empujarlo sobre el pavimento; el encierro entre las cuatro paredes al modo de un cartujo para, desde allí, retroalimentarnos con la superficie de otras cartografías que nada tienen que ver con el mundo real; aquél que físicamente está allí, pero que a Ornello Balestro no le dice nada, o le dice mucho. Ese debió ser el enfoque del lente avizor de Oliverio Coehlo cuando escribió Borneo, la novela que lo mantendrá a raya durante el tiempo que le demande escapar de su camisa de fuerza y que seguro a Borges le habría robado un gesto de satisfacción al comprobar que aún no se agotan las posibilidades para fabular desde nuestra lengua. Un aguafuerte que seduce por ese sentido de estremecer más allá del principio estético de la belleza o del compromiso con la realidad y su necia actitud de escogernos el personaje. Oliverio Coehlo ejerce con saña su don. No en vano, Enrique Vila Matas, en vez de palmearle la espalda, le pidió que siga escribiendo.


Oliverio Coelho. Nació en Buenos Aires, en 1977. Publicó las novelas Tierra de vigilia (2000), Los invertebrables (2003), Borneo (2004), Promesas naturales (2006), Ida (2008), y el libro de cuentos Parte doméstico (2009). Realizó residencias para escritores en México y en Corea del Sur. Producto de esta última es Ji-do (2009), una antología de narrativa coreana contemporánea. Ha escrito artículos y críticas para los suplementos culturales de los diarios La Nación, El País, Clarín y Perfil. Actualmente escribe sobre novedades editoriales en la revista Inrockuptibles.

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