Escribe: Roger Antón
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Después de leer estos tres cuentos que el maese Abril Alonso puso a mi consideración para que escriba un prólogo, pienso en aquellas historias con las que fabulaba antaño, lanzando albricias a la imaginación de aquellos genios anónimos que nos formaron gracias a su reconstrucción de la tradición oral, vía pasajes como los de Blancanieves, Hansel y Gretel o El gato con botas. Y es precisamente aplicando el recurso de humanizar a los animales, de darles un lenguaje y, sobre todo, capacidad para conmoverse, el maese Alonso escoge a un intrépido cuy, una entrañable mamá conejo y un asombrado hámster como traviesos personajes para hilvanar una propuesta que sorprende, se trata pues de un imprevisto hallazgo que merece un lugar de privilegio en cualquier biblioteca.
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Aún no existe una tradición, en el Perú, de cuentos para niños, donde los personajes sean animalillos que nos enternezcan por el eje temático de sus hazañas, historias como, por ejemplo, la del Bagrecico que escucha respetuoso las aventuras del viejo bagre (Izquierdo Ríos); hay textos, pero dispersos, por eso este libro es valioso, marca un camino. Me atrevo a darle alas y buen viento. Si ya de por sí el contexto sobre el que se desarrollan las acciones de estos valientes Dientuditos son una invitación para que cada niño lo reinvente, Abril Alonso los dota de heroísmo al modo de los clásicos de Disney o de la Pixer.
Aún no existe una tradición, en el Perú, de cuentos para niños, donde los personajes sean animalillos que nos enternezcan por el eje temático de sus hazañas, historias como, por ejemplo, la del Bagrecico que escucha respetuoso las aventuras del viejo bagre (Izquierdo Ríos); hay textos, pero dispersos, por eso este libro es valioso, marca un camino. Me atrevo a darle alas y buen viento. Si ya de por sí el contexto sobre el que se desarrollan las acciones de estos valientes Dientuditos son una invitación para que cada niño lo reinvente, Abril Alonso los dota de heroísmo al modo de los clásicos de Disney o de la Pixer.
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Hay pues lecciones cardinales que sostienen esta trilogía, eventos como el coraje del cuyecito, la ternura de mamá conejo, o el descubrimiento de un nuevo orden por el hámster, y su valor para defender a los suyos, son referentes fundamentales para acercarnos al concepto ético y esteticista que Abril impregna como marcas, por otro lado se puede afirmar que con estos Dientuditos los lectores quedarán maravillados y reconocerán en Alonso al contertulio con quien imaginariamente conversaban cuando niños. Con este libro, decía, se abre un camino, yo diviso las sombras de los pasos que, sin mediar razones, postulan para el puesto de ruta obligatoria que solo la curiosidad y las obras trascendentes ameritan.
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